Inversión
4 min de lectura 27 jun. 22
Por favor, consulte el glosario para obtener una explicación de los términos de inversión mencionados en este artículo.
A lo largo de nuestras vidas, el apoyo que ofrecemos a nuestra familia y amigos va más allá de lo financiero. Nuestras inversiones y lo que pueden hacer por los demás son un pilar importante de dicho respaldo, pero existe una reticencia generalizada a hablar sobre estos temas. ¿A qué se debe?
Nuestras ideas y nociones sobre cómo proteger y cuidar a nuestros seres queridos son tan diferentes como nosotros mismos. La fortaleza de nuestras relaciones y su importancia para nosotros suelen permear algunas de las conversaciones financieras más importantes que tendremos en nuestra vida, pero tendemos a aplazarlas una y otra vez, y a veces incluso las evitamos completamente.
Esto no sorprende. Para muchos de nosotros, se trata de conversaciones que tendremos en las fases finales de la vida, propiciadas por circunstancias fuera de nuestro control o por la pérdida de un amigo o familiar. Pero, ¿acaso es esto inevitable? ¿Por qué nos sentimos incómodos discutiendo nuestras finanzas con nuestros más allegados?
Quizá se deba a que siempre hemos creído que tales conversaciones van solo en una dirección, sobre nuestro legado y lo que ocurrirá con nuestro patrimonio una vez hayamos fallecido. Pero, ¿y si nos planteáramos estas conversiones de forma algo distinta?
El apoyo financiero puede adoptar muchas formas y venir en distintas fases de la vida. Podría tratarse de un impulso financiero puntual, de una donación regular o de una ayuda duradera. Podría ser una forma de ofrecer tranquilidad a una generación proporcionando seguridad financiera a la siguiente. Incluso podría ser de naturaleza más filantrópica, empleando su patrimonio para ayudar a respaldar las causas que más le importan. La realidad es que estas son decisiones personales, positivas y de gran calado, a tener en cuenta en cualquier fase de nuestras vidas, pero poca gente se las plantea de esta forma.
Mantener conversaciones regulares sobre nuestras finanzas puede brindar claridad y alivio a las personas que nos importan. En última instancia, son un medio para sentirnos seguros, aportando tranquilidad tanto a nuestros seres queridos como a nosotros mismos. No obstante, las conversaciones financieras no tienen que ser necesariamente sobre nuestro legado. Pueden ser un ejercicio de salvaguardia, educando a otros sobre los peligros de un endeudamiento o gasto excesivos, o de la importancia de planificar para la jubilación a tiempo para lograr nuestros objetivos de ahorro. Pero, ¿sería ventajoso convertirlas en un diálogo regular y bidireccional?
Toda conversación permite compartir conocimientos, especialmente entre generaciones con diferentes prioridades, financieras o de otro tipo, o cuando uno de los interlocutores carece de experiencia en planificación financiera y gestión de la riqueza a largo plazo. Cuando son bidireccionales, sin embargo, pueden ofrecernos una visión alternativa, información clave o perspectivas útiles que previamente ignorábamos.
Discutir su situación financiera puede ayudarle a comprender las preocupaciones o los temores de los demás, permitiéndole abordar eventuales cuestiones que puedan salir a la luz.
Aunque algunas generaciones se sentirán siempre más cómodas que otras hablando de dinero, no cabe duda de que, como sociedad, estamos aceptando la necesidad de ser más abiertos con los demás, compartiendo más información y opiniones personales que en el pasado.
La verdad es que muchos de nosotros no tenemos problema alguno en mostrar instantáneas de nuestra vida privada en las redes sociales, o en discutir nuestras opiniones y afiliaciones políticas con otras personas cuando queremos ser escuchados. Afortunadamente, todos somos más conscientes de la necesidad de hablar de forma abierta y sincera sobre temas importantes como la salud mental, quizá ahora más que nunca. La cuestión es que nos sentimos más cómodos manteniendo ciertas conversaciones personales que otras, pero este no tiene por qué ser el caso.
En nuestra opinión, no hay buen o mal momento para comenzar a hablar de nuestras finanzas con nuestros seres queridos. Comunicar nuestras experiencias, ideas y deseos para el futuro a través de conversaciones claras y sinceras puede tener muchas ventajas. Puede brindarnos alivio y seguridad, y ayudarnos a proteger a quienes más nos importan.
Sea cual sea su situación, su perspectiva personal es algo de lo que los demás pueden aprender, y usted también puede aprender mucho de los demás. Es hora de iniciar la conversación.
Es importante recordar en sus decisiones de inversión que el valor de los activos del fondo podrían tanto aumentar como disminuir, lo cual provocará que el valor de su inversión se reduzca o se incremente. Es posible que no recupere la cantidad invertida inicialmente.
Los puntos de vista expresados en este documento no deben considerarse como una recomendación, asesoramiento o previsión.