Perspectivas
3 min de lectura 12 sept. 24
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En la coyuntura actual, no sorprende que muchos inversores muestren cautela a la hora de asumir «riesgo» con su dinero. No obstante, ¿y si el mayor riesgo es no comprender el riesgo propiamente dicho? Al fin y al cabo, un enfoque excesivamente cauto podría dificultar el logro de tus objetivos financieros. En este artículo tratamos de refutar algunos de los mitos sobre el riesgo que podría estar impidiéndote explotar oportunidades de inversión potencialmente adecuadas a tu perfil.
Aunque a nadie le gusta la incertidumbre, invertir consiste en aceptar cierto nivel de riesgo, y uno de los mayores riesgos a la hora de invertir es no comprender el propio concepto de riesgo.
Todo inversor que intente evitar completamente cualquier riesgo podría estar renunciando a oportunidades potenciales que podrían potenciar la rentabilidad de su cartera. En función de tu situación individual y de tus planes para el futuro, asumir cierto riesgo podría ser útil (o incluso esencial) para cumplir tus objetivos financieros.
Tómate tu tiempo para determinar tu tolerancia de riesgo: ¿Qué sensación te produce ver caer el valor de tu inversión? Comprender qué nivel de riesgo estás dispuesto a asumir cómodamente con tu dinero es un paso importante a la hora de elegir un enfoque de inversión alineado con tu situación y necesidades personales.
El valor de las inversiones fluctuará, lo cual provocará que el valor de las participaciones se reduzca o se incremente. Antes de tomar una decisión de inversión, siempre es importante investigar y pensar en los riesgos que estás dispuesto a asumir y en los que puedes asumir.
Es fácil confundir el «riesgo» con la «volatilidad». En última instancia, el riesgo a la hora de invertir se reduce a una sola cosa: la probabilidad de perder parte o la totalidad de tu dinero cuando llega el momento de vender una inversión.
La volatilidad, en cambio, es una medida del grado en que se mueve el precio de un activo (por ejemplo una acción o un bono) a medida que pasa el tiempo. Es un componente inherente a la inversión, y consultar constantemente la rentabilidad de tu cartera puede causar ansiedad innecesaria. Si bien cabe esperar subidas y bajadas del mercado, diversificar tus activos podría ayudarte a reducir el impacto de la caída de una inversión individual sobre tu patrimonio total.
Pese a considerar que el riesgo no debe confundirse con la volatilidad, hay que reconocer que esta última puede ser alarmante. Diversificar tu cartera puede ayudarte a suavizar eventuales altibajos. Ello consiste simplemente en repartir tus inversiones con objeto de disminuir el riesgo potencial, por ejemplo invirtiendo en un abanico de distintos activos o regiones para no poner todos los huevos en la misma cesta.
Dicho esto, y pese a la importancia de la diversificación, esta es bastante difícil de lograr con éxito, motivo por el que algunos inversores optan por dejar dicha tarea en manos de expertos.
Consideramos que uno de los mitos con mayores consecuencias es la idea de que el riesgo es estático, como por ejemplo creer que la deuda soberana es de bajo riesgo y que la renta variable conlleva siempre un riesgo elevado. Aunque las rentabilidades obtenidas en el pasado no son un indicativo de las rentabilidades futuras, históricamente las acciones han registrado mayores niveles de volatilidad y de rentabilidad que los bonos; no obstante, ha habido periodos en que estos últimos han batido a las primeras.
El riesgo depende del precio que pagamos por un activo comparado con el precio al que lo vendemos. En el momento en que los inversores comienzan a sobrevalorar la «certidumbre» e incluso consideran que un activo es «libre de riesgo», es cuando este suele ser más arriesgado.
El valor de las inversiones fluctuará, lo cual provocará que el valor de las participaciones se reduzca o se incremente. Es posible que no recupere la cantidad invertida inicialmente. Los puntos de vista expresados en este documento no deben considerarse como una recomendación, asesoramiento o previsión. No podemos ofrecerle asesoramiento financiero. Si no está seguro de que su inversión sea apropiada, consúltelo con su asesor financiero.