En conversación con Andrew Chorlton

8 min de lectura 27 mar. 25

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En esta entrevista nos  explica por qué considera que la renta vuelve a ser protagonista en renta fija, también habla de la dinámica cambiante de la clase de activo como herramienta de diversificación, de cómo convertir una filosofía de inversión en un superpoder y por qué su lugar favorito es uno en el que no ha estado (todavía)...

Andrew, has empezado hace poco en el cargo de CIO de renta fija en M&G Investments. ¿Qué te está pareciendo la compañía y qué es lo que más te entusiasma en esta nueva etapa?

Mi impresión inicial es que en M&G hay mucha energía, talento y gente verdaderamente encantadora. El desempeño es excelente y contamos con profesionales de una calidad excepcional, así que lo que más me entusiasma es concentrarnos en crecer, ampliar nuestro alcance y compartir nuestros productos y capacidades con más clientes en más sitios. 

Háblanos de los comienzos de tu carrera. ¿Cómo entraste en el sector de la inversión, cuál fue tu primer puesto, y qué te llevó a especializarte en renta fija? 

Estaba estudiando en España y varios de mis compañeros buscaban prácticas durante el verano. Como no tenía planes en ese momento, pensé que unas prácticas podrían ser una buena idea para mí también. Aunque en términos generales siempre estuve interesado en el sector financiero, si te soy sincero no entendía realmente lo que era la «City». Tras esas prácticas veraniegas en Citi, que me llevaron a un trabajo en el marco del programa de la compañía para estudiantes recién licenciados, se me abrieron los ojos.

El motivo por el que opté por la renta fija, como mucha gente, fue que tuve la oportunidad de abandonar la rotación y pasar a un «trabajo de verdad» en un equipo de renta fija global. Tenían un modelo en que cada gestor senior se emparejaba con un recién llegado, con lo que me pareció una oportunidad excelente para aprender y me asignaron varios mercados en los que concentrarme. Mi carrera ha abarcado una gestora en el seno de un banco, otra en el sector de los seguros, una boutique, una entidad independiente (incluida una década en Estados Unidos) y ahora por fin M&G, que en mi opinión es la firma líder de renta fija en Europa.

¿Qué episodio de mercado ha supuesto el mayor reto en tu carrera, y qué lección aprendiste?

He gestionado activos a través de varias crisis, pero yo diría que lo peor fue la crisis financiera global (y en menor medida, la pandemia) cuando trabajaba para una firma muy pequeña. 

Abandoné Londres para mudarme a California y comencé a trabajar allí en julio de 2007, cuando la crisis financiera comenzaba a manifestarse. Era alarmante ver lo rápido que se movían las cosas en el mercado, y lo lento que respondían los gobiernos y los organismos reguladores. 

Teníamos un proceso y filosofía de inversión limpios y bien definidos, y sabíamos que si nos adheríamos a ellos íbamos a sobrevivir y a salir de la crisis con relaciones más sólidas si cabe con nuestros clientes. En una gestora pequeña, cuando cada dólar que gestionas es para clientes externos, la sensación de vulnerabilidad y el miedo a que tu enfoque no sea el adecuado pueden ser abrumadoras. Compitiendo con las mayores empresas del mundo, cada día te pone a prueba y te obliga a justificar la confianza que han depositado en ti tus clientes. 

Esa disciplina en torno a nuestra filosofía de inversión dio sus frutos, no necesariamente cada trimestre, pero sí a lo largo del ciclo. Cuando estalló la pandemia el gobierno respondió con algo más de rapidez, pero de nuevo (en aquella época gestionaba patrimonios) mantenerte fiel al proceso y la filosofía de inversión que esperan tus clientes te proporciona un ancla durante fases bursátiles complicadas. 

Asegurarnos de que el cliente comprende la filosofía de nuestros equipos de inversión aporta una base sólida para afrontar los altibajos del mercado. En un entorno dinámico y en constante evolución, contar con una filosofía capaz de ver más allá de distintos escenarios de mercado y de trazar el rumbo a seguir es como tener una especie de superpoder. 

Una labor sólida de análisis fundamental, ya sea de deuda corporativa, crédito estructurado o deuda soberana en mercados desarrollados y emergentes, es la base común que respalda a todos nuestros equipos. Los gestores toman continuamente decisiones de valor relativo dentro de su universo de inversión, pero todos ellos pueden confiar en la calidad de nuestras capacidades de análisis, al existir una perspectiva independiente que les aporta confianza a la hora de invertir. 

«Contar con una filosofía capaz de ver más allá de distintos escenarios de mercado y de trazar el rumbo a seguir es como tener una especie de superpoder.»

¿A qué obedece el actual atractivo de la renta fija como clase de activos, y cómo crees que evolucionará la demanda? 

Creo que la demanda de activos de deuda se verá impulsada por la demanda subyacente de ingresos tras la jubilación, en el marco del envejecimiento de la población. 

Es por ello que pienso que el actual es un momento tan interesante en el mercado, porque la «renta» vuelve a ser importante en el ámbito de la renta fija. Esto no se debe a movimientos a corto plazo: la subida de las rentabilidades al vencimiento (TIR) que comenzó con los temores de inflación se ha visto impulsada recientemente por una subida de las TIR reales. Creo que esta última obedece en parte a la incertidumbre, pero de manera más fundamental se ve impulsada por el aumento de la oferta de bonos soberanos a nivel mundial y por la necesidad de encontrar el precio adecuado para que los inversores puedan digerirla.

Tengo la gran fortuna de ser director de renta fija en una compañía con un excelente legado en la clase de activos en un momento en que, de manera estructural, el dinero debería fluir en nuestra dirección. 

«La renta vuelve a ser importante en el ámbito de la renta fija.»

En un entorno de mayor riesgo geopolítico y volatilidad política y económica en los últimos años, ¿qué papel pueden jugar las estrategias activas de renta fija en una cartera moderna? ¿Crees que los enfoques 60/40 son cosa del pasado? 

El papel de la renta fija en una cartera no es tanto la diversificación del riesgo sino la generación de rentabilidad. La desaparición de las políticas de expansión cuantitativa (QE) ha conducido a la normalización de las TIR, con lo que el precio de los bonos refleja verdaderamente el equilibrio entre riesgo y rentabilidad. Mi expectativa es que la deuda se percibirá más bien como diversificador de rentabilidades, sobre todo ahora que al auge de la bolsa estadounidense parece estar elevando la concentración en las carteras de renta variable.

Con el aumento de las asignaciones en renta fija (creemos que están creciendo en todos los segmentos de clientes debido a la subida de las TIR reales) la gente deberá plantearse diversificar sus carteras de deuda del mismo modo en que lo han hecho al invertir en acciones.

Así que, aunque la asignación en deuda de un inversor en Estados Unidos, la eurozona o el Reino Unido tal vez sea mucho más pequeña (limitada quizá a su mercado doméstico) creo que la gente considerará de manera creciente la renta fija emergente, una clase de activo repudiada en los últimos años, y pensar: «Si vuelvo a una asignación 60/40  —y no creo que mucha gente haya tenido un 40% de su cartera en renta fija— no quiero tener toda mi deuda concentrada en deuda corporativa doméstica. Tal vez deba tener una combinación de riesgo soberano doméstico, riesgo de crédito y riesgo de mercados emergentes», de la misma manera que uno tendría una cartera diversificada de renta variable.

¿Tienes un indicador económico o señal de mercado favorito? 

Mi indicador «favorito» es la cifra de empleo estadounidense: me fascina que una cifra única capture la atención exclusiva de todo el mercado, para luego casi siempre olvidarse al cabo de 24 horas. Me parece increíble que cada mes, sin falta, todo el mundo esté a la espera de esa cifra. Al publicarse suscita casi siempre una respuesta inmediata (y bastante violenta), pero en cuestión de meros días se ha olvidado, o se publica otro dato completamente contradictorio. Es como la versión de telerrealidad de un indicador económico: gratificación instantánea porque todo el mundo habla de él, pero una cifra única que por sí misma es irrelevante. 

Tu carrera te ha llevado a Londres, a Nueva York y a California. ¿Cuáles son tus destinos culinarios favoritos, y qué ciudad se lleva la palma a este respecto? 

Depende. California para comida mexicana, Nueva York para especialidades coreanas, y Londres para platos reconfortantes. Viví seis años en Santa Bárbara y seis años en Nueva York. Todo el mundo espera que afirmes echar de menos California, pero cuando trabajas en los mercados tienes que estar en la oficina antes de las 5 de la mañana e irte a la cama a la misma hora que los niños.

Nueva York es una ciudad extremadamente cosmopolita, donde conoces a gente de todos los sitios que ha estado en todas partes. Yo vivía en Brooklyn y trabajaba en el centro de Manhattan, y fue fantástico. Allí descubrí la comida coreana, y la combinación de pollo frito coreano y karaoke es peculiar. Pero como en casa no se está en ningún sitio, es incomparable.

«Allí descubrí la comida coreana, y la combinación de pollo frito coreano y karaoke. Pero como en casa no se está en ningún sitio.»

¿Dónde fuiste al colegio, y qué estudiaste en la universidad?

Fui al Hymers College en Hull, y luego a la Universidad de Birmingham a estudiar economía y español. Siempre había querido hacer economía debido al ángulo de las finanzas, pero pensé que con tanta gente licenciada en economía, la combinación con un idioma mejoraría mis posibilidades de encontrar trabajo. El año que pasé en España sigue siendo el mejor de mi vida, y desde ese momento tuve mucha suerte de encontrar unas prácticas y luego una oferta de empleo para recién graduado. Una vez metido el pie en la puerta, el resto depende de ti. 

Cuéntanos algo que no mucha gente sepa sobre ti. 

Durante mi año en el extranjero fui DJ (aficionado, eso sí). Los jueves por la noche pinchaba discos en un bar de Valladolid, ¡pero no me preguntes nada sobre música ahora!. 

¿Cuál es tu ciudad o país favorito?

Mi lugar favorito es Beverley, en el condado inglés de Yorkshire del Este: cada vez que vuelvo me siento otra vez en casa. Muchos de mis amigos siguen allí, y pese al hecho de que no vivo allí desde los 18 años, mantenemos una relación muy estrecha.

El año pasado viajé por primera vez a Vietnam y a China. Cada vez que descubro un sitio nuevo, se convierte de inmediato en mi lugar preferido, ¡hasta que descubro el siguiente! Hay tantos destinos a los que quiero ir que casi nunca deseo volver una segunda vez al mismo sitio.

Supongo que mi destino de ensueño es allí donde me dirija la próxima vez, que en esta ocasión será Omán.

¿Qué te gusta hacer cuando no estás en la oficina?

Tengo dos hijas, con lo que paso mucho tiempo llevándolas de una actividad a otra. Fuera de eso, invierto tiempo y dinero en rugby, viajar y comer, idealmente combinando los tres a la vez. Cuando volvimos de Nueva York nos mudamos a Hertfordshire, y los Saracens son el equipo más cercano. Algunos de los jugadores viven en la zona, y tener delante de ti a un jugador de Inglaterra en la cola de la cafetería siempre me hace sonreír.

¿Qué consejo te ha ayudado en tu carrera profesional, y cuál darías a quienes están empezando en la suya?

Una vez estás en un cargo, existen tres partes interesadas en tu desarrollo profesional: tú, tu jefe y la compañía en su conjunto. Todo empieza contigo como individuo, porque solo tú sabes lo que disfrutas haciendo, aquello en lo que despuntas y lo mucho que quieres sacrificar por tu ambición. Tiene que empezar por ti.

Tu jefe tiene que ser el catalizador, estando alerta a oportunidades que te permitan avanzar en tu carrera y dispuesto a permitirte crecer e incluso pasar a un área diferente. Por último está la compañía, o más concretamente, su liderazgo, porque el crecimiento de la firma es lo que creará esas oportunidades.

No obstante, todo vuelve a reducirse a la persona. Mucha gente intenta delegar su desarrollo profesional a su jefe, pero su poder es limitado; eres tú quien debe definir tu carrera, y otras personas pueden ayudarte en dicho camino. 

El valor de las inversiones fluctuará, lo cual provocará que el valor de las participaciones se reduzca o se incremente. Es posible que no recupere la cantidad invertida inicialmente. Los puntos de vista expresados en este documento no deben considerarse como una recomendación, asesoramiento o previsión. No podemos ofrecerle asesoramiento financiero. Si no está seguro de que su inversión sea apropiada, consúltelo con su asesor financiero. 

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