Investment grade
5 min de lectura 9 mar. 23
Exclusivamente para inversores profesionales.
Aunque el panorama económico global permanece apagado, creemos que los mercados de deuda corporativa descuentan gran parte de las malas noticias: los diferenciales de crédito reflejan una tasa de incumplimiento implícita muy superior no solo a las tasas medias, sino también a las peores tasas de impago históricas. Creemos que esto representa una expectativa excesivamente sombría del panorama de incumplimientos, y que el mercado remunera adecuadamente el riesgo de crédito.
Una de las características más atractivas de la deuda corporativa es que brinda exposición tanto a la tasa libre de riesgo (las TIR de la deuda soberana) como a una prima de riesgo (el diferencial de TIR entre los bonos soberanos y los corporativos). Aunque no siempre, estos dos elementos suelen moverse en dirección opuesta, proporcionando casi una cobertura intrínseca contra condiciones de mercado adversas.
Llegado 2020, la tasa libre de riesgo había prácticamente desaparecido, con lo que durante dicho periodo adoptamos un posicionamiento muy cauto. La buena noticia es que hoy en día la tasa libre de riesgo ha vuelto, con lo que la clase de activos nos inspira mucha más confianza. Si el bajón económico resulta ser más pronunciado de lo previsto, creemos que la tasa libre de riesgo caería, lo cual contrarrestaría (al menos en parte) cualquier debilidad en los mercados de crédito.
Las rentabilidades pasadas no son un indicativo de las rentabilidades futuras.
Fuente: Bloomberg, 22 de diciembre de 2022.
El valor de las inversiones fluctuará, lo cual provocará que el valor de las participaciones se reduzca o se incremente. Es posible que no recupere la cantidad invertida inicialmente. Las rentabilidades pasadas no son un indicativo de las rentabilidades futuras.