¿Podemos hacer el bien y rentabilizar nuestros ahorros invirtiendo con impacto?

5 min de lectura 13 abr. 23

Exclusivamente para inversores profesionales.

Exploramos cómo los inversores en renta variable de impacto pueden hacer el bien ejerciendo impacto positivo, y a la vez rentabilizar sus ahorros persiguiendo rentabilidades financieras elevadas.

Seleccionar negocios de calidad 

Los inversores en renta variable de impacto buscan compañías que contribuyen a solucionar los mayores retos sociales o medioambientales a los que se enfrenta el mundo. No obstante, también tratan de lograr una buena rentabilidad financiera, buscando empresas de calidad con potencial de crecer a lo largo del tiempo. 

Por este motivo, en nuestras estrategias de impacto dedicamos mucho tiempo a analizar los modelos de negocio de empresas con impacto potencial. Durante este proceso evaluamos si una compañía tiene una posición competitiva defendible, si tiene una ventaja competitiva en el mercado (por ejemplo poder de fijación de precios), si existen riesgos de negocio o de ámbito medioambiental, social o de gobierno corporativo (ESG), y cómo asigna su capital.

Una perspectiva a largo plazo

Solucionar problemas como el cambio climático y la desigualdad requerirá muchos años, con lo que también tiene sentido invertir con un horizonte a largo plazo. Este es el motivo por el que buscamos compañías que nos gustaría mantener en cartera durante diez años, con modelos de negocio de calidad capaces de aportar resiliencia durante periodos de desaceleración y potencial de crecimiento en mercados alcistas.

La diversificación es crucial

El requisito de seleccionar empresas con impacto restringe el universo de inversión para los inversores en impacto. Muchas compañías de megacapitalización, como los grandes bancos occidentales y grupos de sectores no sostenibles como el gas y el petróleo, quedan excluidas. Tales exclusiones pueden mermar la rentabilidad relativa durante periodos en los que estos segmentos del mercado muestran buen comportamiento, como ocurrió en 2022.

No obstante, invertir en empresas que contribuyen a la solución de diversos retos sociales ayuda a proporcionar diversificación por regiones, sectores y niveles de madurez de los modelos de negocio. Combinado con la selección de negocios de calidad, esto puede ayudar a suavizar las rentabilidades.

Un impacto significativo y deliberado

Los productos y servicios con impacto deben representar una parte significativa de los ingresos de las compañías en las que invertimos. Además, las participadas deben mostrar buenos niveles de “intencionalidad”: el impacto positivo que ejercen tiene que estar arraigado en su propósito, en lugar de ser un efecto secundario meramente accidental de sus actividades. La intencionalidad debe evaluarse teniendo en cuenta el propósito o la declaración de misión de la compañía, su cultura corporativa y el alineamiento de su equipo directivo con el impacto perseguido.

Seleccionando negocios de calidad con altos niveles de intencionalidad, los inversores de impacto también pueden beneficiarse de la «doble capitalización». En otras palabras, la capitalización de la rentabilidad financiera conduce a un aumento equivalente del impacto.

La medición del impacto

La mensurabilidad es un aspecto fundamental de la inversión de impacto. En nuestras estrategias de impacto en renta variable cotizada empleamos los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)* definidos por Naciones Unidas como marco de medición. Este conjunto de 17 objetivos sociales proporciona una hoja de ruta para un mundo mejor y más sostenible. 

Las empresas en las que invertimos pueden vincularse a un ODS individual o a sus metas subyacentes. A continuación, los inversores pueden elegir indicadores clave de desempeño (KPI) individuales para cuantificar la contribución de cada compañía hacia el objetivo o meta en cuestión, y monitorizar su avance de un año para otro. Por ejemplo, al invertir en un grupo sanitario que contribuye al ODS 3 (Salud y bienestar), los inversores podrían medir el número de pacientes alcanzados en comunidades marginadas.

Adicionalidad de compañías e inversores

Otra piedra angular de la inversión de impacto es la adicionalidad. Al invertir en empresas cotizadas, un inversor puede considerar la adicionalidad de una compañía preguntándose cómo sería el mundo si esta no existiera o careciera de financiación adecuada. La respuesta puede depender de la escala y el alcance de la compañía, del panorama competitivo, de si es o no pionera en un sector particular, y de sus inversiones en investigación y desarrollo.

La adicionalidad también puede considerarse a nivel de inversores. Los inversores en impacto pueden aportar adicionalidad de varias maneras, sobre todo tomando decisiones conscientes para dirigir capital hacia compañías con impacto. No obstante, el activismo también es una herramienta potente: los inversores en impacto pueden incentivar a las empresas a que mejoren su impacto total, quizá fomentando sus actividades con impacto o abordando y mitigando impactos potencialmente negativos. Por ejemplo, los inversores pueden animar a un grupo de energía eólica a utilizar energía limpia en el proceso de fabricación de sus turbinas, intensivo en emisiones.

Doble objetivo

Creemos que los inversores en impacto pueden hacer el bien y obtener rentabilidad al mismo tiempo. Con una selección cuidadosa de empresas, basada en un análisis riguroso de su tesis de negocio y de su impacto, los inversores tienen la oportunidad de contribuir positivamente a la solución de los mayores retos a nivel mundial, y de obtener rentabilidades financieras sólidas.

* Si bien respaldamos los ODS, la ONU no refrenda nuestros fondos ni estamos afiliados a esta organización.

El valor de los activos del fondo podrían tanto aumentar como disminuir, lo cual provocará que el valor de su inversión se reduzca o se incremente.  

Los puntos de vista expresados en este documento no deben considerarse como una recomendación, asesoramiento o previsión.

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