Inversión sostenible
7 min de lectura 5 sept. 24
El valor y los ingresos de los activos del fondo podrían tanto aumentar como disminuir, lo cual provocará que el valor de su inversión se reduzca o se incremente. No puede garantizarse que el fondo alcance su objetivo, y es posible que no recupere la cantidad invertida inicialmente. Las rentabilidades pasadas no son un indicativo de las rentabilidades futuras. Los puntos de vista expresados en este documento no deben considerarse como una recomendación, asesoramiento o previsión.
En fondos con un universo de inversión grande pero carteras concentradas en un número relativamente pequeño de posiciones, como el M&G (Lux) Global Sustain Paris Aligned Fund, creemos que el marco de gestión de riesgos debe ser integral. El núcleo de nuestro planteamiento gira en torno a los riesgos fundamentales «reales» de las empresas: sus riesgos financieros y de negocio, y los que podrían surgir al combinar estas compañías en una cartera. Buscamos exposición a distintos modelos de negocio, mercados finales y tendencias estructurales. Al invertir con un horizonte de diez años, una buena diversificación fundamental es esencial en términos de gestión de riesgos.
El segundo paso de nuestro proceso de gestión de riesgos es concentrarnos en la diversificación de las cotizaciones de acciones. Aunque no nos parece adecuado depender exclusivamente de modelos para determinar cómo se gestiona el riesgo de cartera, los datos modelizados de volatilidad, error de seguimiento y riesgo factorial son indicadores útiles de si el fondo está bien diversificado y si se comporta como deseamos. Estos datos pueden confirmar si la diversificación funciona, o servir de alarmas para investigar posiciones o grupos de acciones en mayor profundidad y actuar en consecuencia.
En el M&G (Lux) Global Sustain Paris Aligned Fund invertimos en un conjunto diversificado de empresas de distintas regiones y sectores de actividad. También invertimos en compañías que operan con diferentes modelos de negocio y mercados finales.
Las dividimos en dos categorías diferenciadas:
Equilibrar estas partes de la estrategia nos permite mantener la volatilidad y el riesgo factorial bajo control, sin dejar de desviarnos de manera significativa del índice de referencia y perseguir alfa. Ello ha elevado la capacidad de la estrategia para ofrecer rentabilidad potencial bajo distintos regímenes de mercado y con mayor independencia de las tendencias bursátiles. Mantener el fondo equilibrado tiene la ventaja adicional de eximir al gestor de tener que predecir movimientos del mercado o cambios macroeconómicos. Los cambios posibles de las expectativas no se ignoran, sino que se tratan como consideraciones de gestión de riesgos.
En nuestra labor de análisis de empresas dedicamos un volumen de recursos considerable al análisis de riesgos de negocio: cualquier riesgo que afecte a su posición operativa, financiera o competitiva. Los riesgos de negocio pueden incluir riesgos tanto operativos como financieros, específicamente, así como la fortaleza competitiva de la compañía, su grado de ciclicidad y su madurez relativa, por ejemplo.
Con una cartera concentrada en pocas acciones y una rotación de cartera baja podemos dedicar cantidades significativas de tiempo y recursos al análisis continuado de los riesgos de cada empresa. Esto se diferencia de los marcos de gestión de riesgos de fondos mucho menos concentrados, cuyos gestores podrían estar más preocupados por la optimización de las cifras de ponderación sectorial y geográfica.
Cabe destacar que, pese a examinar la volatilidad como un indicador de riesgo, no la equiparamos con los riesgos de negocio de empresas concretas: creemos que hacerlo tiene inconvenientes, ya que los cambios en la volatilidad obedecen a menudo a movimientos naturales del mercado y no tardan en corregirse por sí solos. Supongamos, por ejemplo, que el fondo tiene una posición en un negocio estable pero que atraviesa un breve periodo de mayor volatilidad, durante el cual su cotización cae tras la publicación de cifras de beneficio. Si su valor intrínseco no ha disminuido o elevado el riesgo fundamental de invertir en la acción en la misma medida, dicha caída podría representar una oportunidad para comprar más acciones; sin embargo, un inversor concentrado exclusivamente en la volatilidad histórica podría verse obligado a vender en lugar de comprar.
Como inversores nos importan las perspectivas de nuestras participadas y los riesgos que amenazan su éxito a largo plazo, pero también nos concentramos de manera general en no perder dinero en inversiones específicas. Invertir en un grupo diverso de compañías resilientes con un margen de seguridad saludable (valor intrínseco menos valor de mercado) es un buen punto de partida. La volatilidad puede utilizarse como indicador en el análisis de riesgo tanto a nivel del fondo como de acciones individuales, pero no debería forzar cambios en la cartera.
Tratamos de evitar niveles de concentración excesivos en nuestros fondos, no solo en términos de empresas con modelos de negocio similares, sino también de aquellas que operan en distintos sectores pero cuyas cotizaciones se mueven en paralelo, quizá debido a que son de tamaño parecido y operan en la misma región.
De tener en cartera grupos de acciones, nos aseguramos de que cada grupo esté bien diversificado a fin de mitigar su correlación, incluyendo por ejemplo compañías con distintos motores y mercados finales, pero también una combinación de madureces de negocio y características de acciones.
Es importante mencionar que el tamaño de las posiciones que tomamos se basa en nuestra evaluación de riesgo, y no en la «convicción» que nos inspiran las participadas. En general, optamos por mantener mayores posiciones en empresas que consideramos menos arriesgadas.
En una cartera concentrada típica, cabe esperar que las cinco mayores tenencias representen la mitad del riesgo total del fondo. En el M&G (Lux) Global Sustain Paris Aligned Fund tratamos de «aplanar la curva», tomando posiciones relativamente más grandes en compañías que en nuestra opinión tienen menos riesgo de negocio y de valoración. En la práctica, esto significa que una posición del 5% en una empresa más estable y otra del 2% en una compañía más arriesgada y de alto crecimiento podrían contribuir de igual manera al riesgo total. Nuestra expectativa es que en torno a la mitad de la contribución agregada a la volatilidad procederá de nuestras 10 principales posiciones.
A la hora de revisar los tamaños de posición también tenemos en cuenta la contribución de cada tenencia a la diversificación total. En lugar de comprar acciones en otras compañías, por ejemplo, podríamos permitir que aumente el tamaño de una posición si consideramos que la acción aporta diversificación para un sector o región particular cuya exposición nos gustaría mantener o elevar.
Creemos que el resultado de este marco operativo es un fondo con un nivel de volatilidad relativamente bajo similar al del índice de referencia, pese a su naturaleza concentrada. Además, intentamos que el riesgo total de cartera sea atribuible mayoritariamente a riesgos de acciones específicas, y que el riesgo de estilos, factores o países juegue un papel limitado. Creemos que este nivel elevado de riesgo de acciones específicas es un buen indicador de diversificación. Por lo general, nos preocupa en mayor medida la deriva del riesgo de estilos que la del riesgo de países y sectores.
Monitorizamos estas medidas de riesgo y muchas otras con frecuencia mensual, colaborando estrechamente con miembros del Equipo de Riesgo de renta variable de M&G. Como mencionábamos, estas cifras pueden ser un indicador útil de la eventual necesidad de revisar áreas concretas del fondo, pero el análisis de riesgos de negocio de acciones específicas sigue siendo el pilar central de nuestro marco de gestión de riesgos.
El fondo trata de proporcionar una rentabilidad total (la combinación de renta y crecimiento del capital) superior a la del mercado de renta variable global (medida por el índice MSCI World Net Return) en cualquier periodo de cinco años invirtiendo en compañías que contribuyen al objetivo de cambio climático del Acuerdo de París de mantener la subida de la temperatura global en este siglo muy por debajo de 2 °C respecto a los niveles preindustriales. Como mínimo un 80% de la cartera se invierte en acciones de empresas sostenibles de todo el mundo, incluido el universo emergente. Típicamente, el fondo tiene menos de 40 acciones en cartera. Las compañías que se considera que violan los principios del Pacto Mundial de Naciones Unidas sobre derechos humanos, normas laborales, medioambiente y lucha contra la corrupción se excluyen del universo de inversión, al igual que sectores como el tabaco y el armamento polémico. El gestor invierte en acciones de compañías con modelos de negocio sostenibles, en las que problemas a corto plazo han dado lugar a oportunidades de compra interesantes. Las consideraciones ESG y de sostenibilidad están plenamente integradas en el proceso de inversión.
A continuación se enumeran los principales riesgos que pueden afectar a las rentabilidades:
Para obtener más información acerca de los riesgos adicionales relativos al fondo, consulte el Folleto.
Puede consultar la información relativa a la sostenibilidad del fondo aquí.
El valor y los ingresos de los activos del fondo podrían tanto aumentar como disminuir, lo cual provocará que el valor de su inversión se reduzca o se incremente. Es posible que no recupere la cantidad invertida inicialmente. Las rentabilidades pasadas no son un indicative de las rentabilidades futuras.