Renta fija
4 min de lectura 19 feb. 24
Comunicación de Marketing. Exclusivamente para inversores profesionales.
El gestor de crédito senior de M&G ilustra cómo tener dos bonos idénticos de emisores distintos puede aportar resultados diferentes.
«Piensa diferente», en inglés «Think different», fue el eslogan que ayudó a Apple a convertirse en un referente mundial hace ya muchos años. También es el lema con el que Richard Ryan, gestor de crédito senior en M&G, quiere establecer las credenciales de su equipo, porque no basta con hacer lo mismo que los demás: «Si uno construye exactamente la misma estructura organizativa y el mismo proceso de inversión que todo el mundo en el mercado, está condenado a obtener una rentabilidad igual que la del resto», afirma.
Por razones obvias, Ryan desea generar rentabilidades superiores, y se propone lograrlo de dos maneras. La primera es promover el pensamiento creativo en el seno de su equipo, haciendo que sus gestores compartan ideas fuera de su mandato en lugar de preguntarse meramente si un bono encaja o no en su propia cartera. «Pongamos que se trata de una oportunidad en deuda europea con grado de inversión; lo que quiero es que se pregunten “¿Encaja solamente en el fondo de deuda europea IG? ¿O acaso ofrece suficiente valor para los fondos de crédito multi-activos, o un fondo en libras, o un fondo global?”», explica el gestor. «Una matriz de este tipo permite poner énfasis en la generación de ideas, y con un grupo de gestores suficientemente atentos a lo que hace cada cartera individual, las oportunidades de inversión pueden aprovecharse en el lugar adecuado.»
El segundo factor diferenciador es confinar al bar o a la cafetería los pronósticos top-down sobre la dirección en la que avanza el mundo. «Sean cuales sean mis opiniones a este respecto, no se filtran en la cartera en forma de nuestras decisiones de inversión. Somos selectores de valores con un enfoque abiertamente bottom-up. Con cada oportunidad que surge, nos hacemos algunas de las mejores preguntas de la historia de la gestión de riesgos: “Se me paga a cambio de asumir ese riesgo? Me remunera este activo lo suficiente por los riesgos que conlleva, tanto conocidos como desconocidos?”»
Para ilustrar ese «Piensa diferente», Ryan menciona cómo M&G analizó las perspectivas del imperio de medios de comunicación y entretenimiento de Disney en la primavera de 2020, cuando la pandemia de COVID-19 embistió a los mercados financieros. «De haber preguntado a los analistas cuál iba a ser la situación de Disney a un año vista, lo más probable es que la hubieran calificado de desastrosa». Con las calles desiertas, los comercios cerrados y los parques de atracciones vacíos, la compañía se gastó enormes sumas en el desarrollo del servicio de emisión en continuo Disney+ sin generar grandes cantidades de ingresos.
«Sin embargo, prosigue, Ryan, cambiar nuestro punto de vista nos aportó una perspectiva completamente diferente. Nuestra pregunta fue “En un escenario de cero beneficio, y manteniendo sus pasivos, existirá Disney dentro de un año?” Por supuesto. “¿Y dentro de dos años?” Sin duda, porque tiene un balance enorme lleno de activos fabulosos. Así que si planteamos al analista la misma pregunta de dos maneras diferentes, podríamos obtener dos respuestas distintas. Por consiguiente, uno debe sopesar cuidadosamente cómo enfoca sus preguntas sobre el riesgo y las valoraciones. Pasamos mucho tiempo asegurándonos de formular esas preguntas».
Como bien sabemos, la respuesta monetaria a la pandemia consistió en inyectar enormes cantidades de liquidez en los mercados. A su vez, este desarrollo (junto a otros factores como la guerra en Ucrania) elevó la inflación y los tipos de interés, creando un entorno de inversión en renta fija sumamente complicado durante la mayor parte de los últimos dos años. Ahora, sin embargo, creemos hallarnos en un momento muy diferente.
«Pienso que el crédito ofrece una oportunidad interesante ahora mismo. Venimos de un mundo en el que no invertir en deuda corporativa era relativamente fácil, con tipos de interés y rentabilidades al vencimiento (TIR) increíblemente bajos. Algunos activos de crédito cotizaban incluso en TIR negativas. Pero tras la fuerte corrección del precio del dinero, creemos que las TIR disponibles son realmente atractivas».
La falta de dispersión en el mercado también puede ser una ventaja: bonos con distintos perfiles de riesgo y rentabilidad cotizan en precios similares. «Esto representa una gran oportunidad. Creemos que, en última instancia, se cosecharán los males sembrados con el mal comportamiento durante la era de tipos de interés cero», añade el gestor.
A modo de ejemplo, menciona el mundo altamente técnico de la deuda de capital adicional de nivel 1 (AT1) emitida por bancos para reforzar sus balances tras la crisis financiera global de 2008. «Uno podía tener dos bonos idénticos, dos estructuras idénticas emitidas por dos entidades financieras diferentes, con evoluciones muy distintas. Uno de ellos podía ser rescatado (es decir, amortizado anticipadamente por el emisor) y el otro no. Creo que estamos entrando en un periodo en que un análisis de crédito de calidad y una buena evaluación de riesgos sobre cómo se construyen estas carteras podría ser muy rentable», explica el gestor.
Por último, Ryan mantiene su optimismo en torno a las tasas de impago de las compañías, que recientemente han pasado a un primer plano en el marco de la subida de los tipos de interés. «Las tasas de impago han venido aumentando muy lentamente. A no ser que se produzca una conmoción económica, como una recesión profunda e inesperada, cabe esperar que la tasa de impago subirá paulatinamente», comenta.
El tipo de interés que pagan las empresas actualmente en concepto de su deuda no parece tan espeluznante como sugieren ciertos titulares. Ryan realiza una comparación con el segmento de las hipotecas residenciales, donde los tipos de interés fijos a largo plazo protegen a muchos hogares. En cambio, estas compañías acabarán sufriendo cuando tengan que refinanciarse a mayores tipos. «Si una empresa tiene deuda con vencimientos a dos, cinco o incluso cincuenta años y necesita refinanciarla, su coste medio de financiación no hará más que aumentar. Nuestra expectativa es que los impagos se normalizarán con el tiempo, pero no representan un problema inmediato», concluye el experto.
El valor de las inversiones fluctuará, lo cual provocará que el valor de las participaciones se reduzca o se incremente. Es posible que no recupere la cantidad invertida inicialmente. Las rentabilidades pasadas no son un indicativo de las rentabilidades futuras. Los puntos de vista expresados en este documento no deben considerarse como una recomendación, asesoramiento o previsión.
Puede consultar el glosario para obtener una explicación de los términos de inversión utilizados en este enlace .
El valor y los ingresos de los activos del fondo podrían tanto aumentar como disminuir, lo cual provocará que el valor de su inversión se reduzca o se incremente. Es posible que no recupere la cantidad invertida inicialmente.