Renta variable
2 min de lectura 1 ago. 24
Carl Vine
Co-director de renta variable del Pacífico asiático
Desde inicios de 2023, momento en que para muchos comenzó el reciente mercado alcista, la renta variable japonesa ha registrado una rentabilidad total en divisa local de en torno al 56% (hasta el 30 de junio de 2024). La aportación de 2023 rondó el 28%, seguida de un sólido 19% en los tres primeros meses de 2024. No obstante, el impulso del mercado se frenó en el segundo trimestre del año, con un alza modesta cercana al 2%1. ¿Se ha quedado el mercado sin aliento? A continuación analizaremos cómo hemos llegado a este punto, y qué podría depararle el futuro a la bolsa nipona.
En 2022, la perspectiva de una recesión global preocupaba a los inversores. Las acciones japonesas acusaron este malestar, y el mercado cerró el año en torno a un 5% a la baja en yenes2. Pese a los temores en torno al crecimiento global, no obstante, el beneficio neto de las empresas del país asiático creció un 8% respecto al año previo3. A fin de 2022, la renta variable nipona apenas superaba los niveles previos a la pandemia, a pesar de la resiliencia mostrada por el beneficio. El mercado estaba a punto de cambiar de rumbo.
El diciembre de dicho año, el Banco de Japón declaró que la guerra contra la deflación y la desinflación podría haber terminado. A comienzos de 2023, Warren Buffett compró participaciones significativas en compañías comerciales japonesas, y la Bolsa de Japón acaparó los titulares con su exigencia a las empresas cotizadas de que mejoraran la rentabilidad de sus fondos propios y diseñaran estrategias para reparar sus valoraciones.
Como comentábamos antes, el mercado respondió positivamente a estos desarrollos. Además, el crecimiento del beneficio neto del 8% registrado en 2022 se vio reforzado por una nueva subida interanual de los ingresos del 16% el año siguiente4
La revalorización del 50% experimentada por el mercado desde comienzos de 2023 (contribuyendo a una rentabilidad total cercana al 56%) supera claramente el crecimiento del beneficio de en torno al 20% registrado durante el mismo periodo⁵. No obstante, el punto de partida era de valoraciones deprimidas, y pese a esta subida, el mercado todavía no nos parece especialmente caro en términos absolutos o relativos.
El ratio precio/beneficio (PER) proyectado a un año del mercado es algo inferior a 16 veces (media de 19, mediana de 16, ponderado por capitalización de 20) y más de un 40% de las acciones del índice MSCI Japan tienen un PER proyectado inferior a 15 veces6.
Otro dato tranquilizador es que la subida de la capitalización bursátil desde comienzos de 2023 ha sido amplia en términos sectoriales. La impresionante rentabilidad de la renta variable japonesa no ha estado confinada a la inteligencia artificial y los semiconductores: segmentos como el financiero, la distribución comercial, la maquinaria, los servicios y los productos químicos, entre otros, han realizado contribuciones significativas.
En adelante, con valoraciones por lo general razonables pero ya no deprimidas, nuestra expectativa es que la rentabilidad de la renta variable nipona estará determinada por el crecimiento del beneficio por acción y los dividendos. Como ya hemos comentado en el pasado, nos sigue gustando el panorama de crecimiento estructural del beneficio de las empresas japonesas, impulsado por una labor de reforma corporativa que todavía puede presentar abundantes oportunidades.
Para el actual ejercicio fiscal, el pronóstico de consenso es que el beneficio neto crecerá en un 10% y el beneficio por acción en un 12%. Tal como en años recientes, los dividendos continúan creciendo a mayor ritmo que el beneficio7 . En este contexto, consideramos probable que la bolsa nipona siga aportando rentabilidades sólidas de doble dígito en divisa local a cambio de un riesgo relativamente moderado para el inversor.
El elefante en la sala quizá sea el yen. Tras superar el nivel de 160 frente al dólar hace muy poco, la divisa japonesa sigue desconcertando a la mayoría de los observadores. Con tipos de interés reales negativos que parecen amenazar al tipo de cambio, el mercado tal vez debería prepararse para un escenario de «tipos más altos más pronto». No nos sorprendería que las rentabilidades calculadas en dólares de la renta variable japonesa sean especialmente sólidas en los próximos uno o dos años.
Por Carl Vine, Co-director de renta variable del Pacífico asiático
El valor de las inversiones fluctuará, lo cual provocará que el valor de las participaciones se reduzca o se incremente. Es posible que no recupere la cantidad invertida inicialmente. Las rentabilidades pasadas no son un indicativo de las rentabilidades futuras.
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