Más allá de la deuda: el crédito no cotizado puede potenciar la rentabilidad de las aseguradoras

2 min de lectura 9 oct. 25

Las aseguradoras europeas se enfrentan a múltiples retos. Las estrategias de renta fija tradicionales, que en otro tiempo fueron la base de las carteras de estas compañías, se están poniendo en duda debido a la compresión de las rentabilidades al vencimiento (TIR), a la incertidumbre en torno a los tipos de interés y al deterioro de la calidad de las emisiones de deuda de las empresas. Así, las aseguradoras están mirando más allá de los bonos corporativos cotizados y hacia el crédito no cotizado, una clase de activos dinámica que ofrece diversificación, rentas superiores y alineamiento estratégico con los pasivos de estas compañías.

El segmento ha crecido de manera exponencial: en los últimos diez años, los inversores europeos han multiplicado sus asignaciones casi por seis, desde apenas 100.000 millones de euros hasta casi 600.000 hoy en día. 

Fuente: Preqin, diciembre de 2024.

Enfrentadas a desafíos

Para las aseguradoras europeas, los catalizadores de este crecimiento han sido los obstáculos que han remodelado sus decisiones de asignación de activos. Con los diferenciales de crédito cerca de sus niveles más bajos desde la crisis financiera global, las rentabilidades ajustadas al riesgo de la deuda corporativa cotizada han disminuido y las aseguradoras han buscado alternativas que les remuneren mejor el riesgo que asumen. El giro en las expectativas de inflación y las políticas de los bancos centrales han complicado la predicción del rumbo de los tipos de interés. A este respecto, el crédito no cotizado juega un papel valioso debido al interés flotante de la mayoría de estos bonos, brindando protección a las aseguradoras frente a la volatilidad del precio del dinero y ayudándolas a gestionar su duración.

Otro desafío adicional ha sido el creciente predominio de los bonos con calificación BBB en el mercado de deuda corporativa con grado de inversión: al tratarse de la categoría de menor calidad en el segmento «investment grade», esto ha sembrado temores justificados sobre la estabilidad del mercado durante periodos de tensión.

Para las aseguradoras que buscan diversificación, la limitación de los mercados de activos cotizados también está clara: existen 9000 empresas cotizadas en el índice MSCI ACWI Investable Market, frente a las más de 215.000 respaldadas por capital inversión («private equity») o capital riesgo (venture capital), lo cual representa una proporción de 25 a 1¹. Este enorme universo privado ofrece a las aseguradoras un conjunto de oportunidades más amplio y diverso.

Una asignación creciente para las aseguradoras europeas

Todo esto ha llevado a las aseguradoras europeas a adoptar de manera creciente el crédito no cotizado, y sus asignaciones en esta área casi se han doblado en los últimos años. Según una encuesta realizada recientemente por Moody’s², las aseguradoras de la región asignaron un 13 % de sus carteras (500.000 millones de EUR) en crédito no cotizado en 2024. No obstante, existen diferencias por regiones: el Reino Unido muestra una mayor asignación respecto a la Europa continental, que está más concentrada en ahorros líquidos y mecanismos de participación en beneficios. Los Países Bajos son una excepción, con una asignación de casi el 40 % en crédito no cotizado, debido principalmente a que las aseguradoras de vida holandesas suelen respaldar pasivos a largo plazo con hipotecas residenciales. 

Fuente: Beinsure: «European insurance companies set to Expand private credit allocations»; encuesta de Moody’s Ratings, junio de 2025.

Las asignaciones de las aseguradoras europeas en crédito no cotizado no harán más que aumentar. Los marcos regulatorios como Solvencia II han animado más si cabe a estas compañías a ampliar sus posiciones en dicho segmento, tratando estos activos de manera similar a la deuda corporativa cotizada de calidad equivalente y ampliando su eligibilidad para inversiones eficientes en términos de capital.

Por supuesto, los factores que impulsan el crecimiento del crédito no cotizado en las carteras de las aseguradoras variarán en función del tipo de pasivos que estas gestionen. Las del segmento vida, con pasivos estables y a largo plazo, son las mejor posicionadas para optar por activos ilíquidos; en cambio, las aseguradoras generales (y sobre todo las de propiedad y accidentes) tienen pasivos más volátiles, con lo que podrían preferir tener una menor exposición. En general, no obstante, el interés por los préstamos directos a corto plazo y a tipo flotante permanece sólido, ya que estos activos ofrecen liquidez y protección frente a la inflación.

¿Por qué invertir en crédito no cotizado diversificado?

La diversificación es un principio esencial para las aseguradoras, y el crédito no cotizado ofrece patentes ventajas a este respecto. Estos bonos muestran correlaciones bajas no solo con las clases de activos tradicionales, como la renta variable y la deuda cotizada, sino también dentro de su propio espectro de estrategias. Por ejemplo, el préstamo directo y los préstamos sindicados de gran tamaño pueden estar moderadamente correlacionados, mientras que las estrategias de financiación de entresuelo («mezzanine») y de crédito «distressed» pueden comportarse de manera diferente a lo largo de los ciclos de mercado, aportando así mitigación adicional del riesgo.

Combinando múltiples estrategias de crédito no cotizado, las aseguradoras pueden equilibrar sus preferencias de rentabilidad y riesgo, reducir su riesgo de concentración y construir carteras resilientes en distintas coyunturas económicas. La capacidad de adaptar su exposición a los ciclos económicos, utilizando por ejemplo préstamo directo para lograr estabilidad y crédito «distressed» para aprovechar oportunidades, refuerza más si cabe la solidez de una cartera.

Al no estar disponibles en mercados de deuda tradicionales, los bonos privados muestran una volatilidad de precio inferior a la de la deuda corporativa cotizada. Combinar distintas estrategias de crédito no cotizado puede reducir más si cabe la volatilidad de la cartera y mejorar los ratios de Sharpe, sobre todo cuando algunas estrategias pueden servir de cobertura respecto a otras (por ejemplo, los préstamos a tipo flotante contrarrestan el riesgo de tipo de interés).

El crédito no cotizado no es un activo libre de riesgo

Pese a sus atractivas características, el crédito no cotizado no está ausente de riesgos, ni es adecuado para todos los inversores. Los principales factores que deben tener en cuenta las aseguradoras guardan relación con la incertidumbre en torno a las valoraciones, pero sobre todo con los riesgos de crédito y de liquidez: la falta de un mercado secundario activo puede dificultar la salida rápida de posiciones en bonos no cotizados, lo cual pone de relieve la necesidad de una buena gestión de la liquidez y del alineamiento de estos activos con el perfil de pasivos de la compañía.

Además, la divulgación limitada de información y la ausencia de índices de precio estandarizados introducen subjetividad en las valoraciones. Para las aseguradoras con balances de situación sensibles a fluctuaciones de valoración, esto puede tener implicaciones regulatorias y de capital.

Conclusión

El crédito no cotizado se ha establecido firmemente como una clase de activos estratégica para las aseguradoras que buscan rentabilidades superiores, diversificación y un mejor alineamiento entre activos y pasivos. Con la renta fija tradicional enfrentada a retos estructurales, el crédito no cotizado les ofrece una alternativa atractiva, especialmente cuando se enfoca de manera diversificada. A medida que los marcos regulatorios evolucionan y la clase de activos madura, el éxito dependerá de una selección de gestora cuidadosa y de una labor disciplinada de gestión de riesgos. Para las aseguradoras, eso sí, el crédito no cotizado diversificado podría muy bien ser la herramienta clave para asegurarse su futuro.

1 Fuente: HarbourVest: «How does the size of private markets compare to public markets?», septiembre de 2025.
2 Fuente: Beinsure: «European insurance companies set to Expand private credit allocations»; encuesta de Moody’s Ratings, junio de 2025.   

El valor de las inversiones fluctuará, lo cual provocará que el valor de las participaciones se reduzca o se incremente. Es posible que no recupere la cantidad invertida inicialmente. Los puntos de vista expresados en este documento no deben considerarse como una recomendación, asesoramiento o previsión. Las rentabilidades pasadas no son un indicativo de las rentabilidades futuras.

Noticias relacionadas